Por Staff AzTurismo
Paquimé, la joya arqueológica de Chihuahua y máximo exponente de la cultura Casas Grandes, siempre ha guardado un misterio fascinante: ¿cómo logró una urbe de 3,500 habitantes, en medio del desierto, alcanzar su monumental auge?
Durante años, una de las teorías más fuertes, impulsada por Charles DiPeso, apuntaba a una inmigración a gran escala desde el centro de México, la cual habría inyectado el capital humano y cultural necesario para su florecimiento. Sin embargo, un revolucionario estudio genético, liderado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), acaba de reescribir esta historia, demostrando que la grandeza de Paquimé ¡fue cosa de casa!
🧬 El Misterio Revelado en el ADN Antiguo
El proyecto de investigación, encabezado por el arqueólogo José Luis Punzo Díaz (INAH-Michoacán) y sus colegas Michael T. Searcy y Meradeth Snow, de universidades de Estados Unidos, se centró en un análisis profundo de ADN mitocondrial de antiguos pobladores.

- 114 individuos fueron seleccionados de colecciones óseas del Museo de las Culturas del Norte.
- Las muestras cubrieron dos periodos clave: el Viejo (700-1200 d.C., sitio Convento) y el de máximo esplendor, el Medio (1200-1450 d.C., Paquimé).
La pregunta era sencilla: ¿hubo un reemplazo genético significativo entre los habitantes del periodo previo y los de Paquimé? Si la teoría de la gran migración fuera cierta, se esperarían linajes genéticos (haplogrupos/haplotipos) distintos y una ruptura en la continuidad.
✨ Una Historia de Linaje y Continuidad
Los resultados, publicados en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias de EE. UU., son contundentes y fascinantes para los amantes de la historia y el turismo cultural: “La falta de distinción genética en siete siglos (de 700 a 1400 d.C.) demuestran que los cambios culturales en la región de Casas Grandes, fueron internos”, explica el arqueólogo José Luis Punzo.
En otras palabras, no se encontró evidencia de un evento migratorio notable que cambiara la composición genética regional. Los habitantes de Paquimé, la gran urbe que conectó a Mesoamérica con el suroeste de EE. UU., son descendientes directos de las aldeas previas de la cultura Casas Grandes.
Puntos clave del hallazgo:
- No hubo reemplazo genético: Los mismos linajes genéticos (heredados por vía materna) persistieron durante el auge y declive de la ciudad.
- Migración no mediada por mujeres: Los datos sugieren que, de haber habido movimientos de población, estos no incluyeron a mujeres que cambiaran el acervo genético de la región.
- Un Modelo de Desarrollo Local: El apogeo de Paquimé, con su sofisticada arquitectura de tierra y su vibrante centro político-ceremonial, fue un fenómeno de desarrollo endógeno, cimentado en la inventiva y resiliencia de los pueblos locales.
🗺️ Visita Paquimé: Un Viaje a la Gran Tradición del Desierto
Esta nueva perspectiva hace que la visita a la Zona Arqueológica de Paquimé (Patrimonio Mundial de la UNESCO) sea aún más significativa. Ya no es solo el vestigio de un gran centro comercial, sino la prueba tangible de la evolución y adaptación cultural de los pueblos del desierto chihuahuense.
Recorre sus icónicas construcciones de tierra, maravíllate con la Casa de las Guacamayas —donde se criaban aves exóticas para el comercio— y sumérgete en el Museo de las Culturas del Norte para entender cómo estos antiguos pobladores transformaron su entorno. La cultura Casas Grandes es un testimonio de la gran vitalidad de las sociedades prehispánicas en el Norte de México.

